Situada en
el emblemático Barrio de Santa Cruz, esta calle hispalense además de ser
conocida por su peculiar nombre, también lo es por las diferentes leyendas que
esconden detrás de su estrechez. Se trata de una de las calles fundamentales de
la Sevilla medieval y sefardí. El Barrio de
Santa Cruz es protagonista de nuestra historia judía, y famoso por la
estrechez de sus calles, en su mayoría, peatonales.
La calle
Pimienta, está situada en el corazón de este barrio sevillano, uno de los más
emblemáticos de la capital de Andalucía. Esta histórica calle hispalense se
encuentra entre dos frentes de casas y cuenta con un recorrido bastante corto,
siguiendo la estela habitual del que un día fue el centro de la judería de la
Sevilla del siglo XIV.
Esta calle se ha convertido en una parte transcendental de las diferentes rutas turísticas y culturales que tienen lugar por la capital hispalense. Este es el
principal motivo por el que esta calle, que habitualmente ha sido una zona
residencial, haya pasado con los años a albergar comercios como pequeñas
tiendas de recuerdos e incluso hostales, aprovechando su lugar estratégico y
privilegiado de la ciudad. En cuanto a su curioso nombre, hay que decir que existen
diferentes leyendas.
La principal habla de que en esta calle vivía un
comerciante rico e importante de la comunidad judía sevillana que
aseguraba que Yavéh, cuando llegaban épocas de hambruna, jamás recurría al
árbol de la pimienta. Debido a que en su patio milagrosamente creció un
ejemplar de esta planta, el famoso mercader decidió otorgarle el nombre de
pimienta a la calle, como forma de respeto a Yavéh.
Aunque no es
la única historia que se cuenta acerca del origen del nombre de la calle
Pimienta. Y es que hay otra versión que habla de que un rico comerciante judío estableció
allí una pequeña tienda de especias, un negocio que al poco tiempo de abrirse
empezó a decaer. El dueño, a partir de ese momento, empezó a quejarse de su
desdicha y a echarle las culpas de ello a Dios. Una de las veces que hablaba
mal de Yavéh ante su mala suerte, un cristiano se hizo eco de sus palabras y le
hizo reflexionar, pues decía éste que Dios sólo le había dado cosas buenas y le
estaba blasfemando. En aquel momento, el comerciante judío se arrepintió por
sus duras palabras hacia Dios y empezó a llorar. De cada lágrima que derramó,
brotaron plantas de pimienta, de ahí el nombre de esta céntrica calle
hispalense.
Pero no es
sólo importante la calle Pimienta por sus leyendas y por su situación
privilegiada, también lo es por los restos judíos que conserva, pues a pesar de
los años transcurridos y de las modificaciones que se han suscitado en esta
calle, aún se conservan en perfecto estado. Un ejemplo son los azulejos que
siguen estando intactos desde la ya muy lejana época en la que el Barrio de
Santa Cruz era parte de la judería de Sevilla... ¿Nos acompañas a descubrir los secretos de la Judería de Sevilla?
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