viernes, 12 de febrero de 2016

El Callejón del Agua, la Calle de la Susona y la Calle de la Judería

En la entrada de hoy vamos a pormenorizar algunos de los puntos clave por donde transcurre nuestra ruta turística Sevilla Judia & Sefardí.

En concreto, ofreceremos algunos datos destacados sobre el famoso Callejón del Agua, la emblemática calle de la Susona y la tradicional Calle de la Judería. Como siempre, esperamos que el contenido sea de su agrado y aprovechamos para invitarle a que contacte con nosotros y descubra de primera mano el legado judío en la capital de Andalucía.

El Callejón del Agua supone un emblemático recorrido por el legado sefardí de Sevilla. Se encuentra en paralelo a los jardines del Real Alcázar, con la muralla almohade del siglo XII, y las canalizaciones de agua que traían la misma a la ciudad desde los caños de Carmona, resultado del aprovechamiento por parte de los árabes del trazado y parte de los elementos del antiguo acueducto romano.



Podremos encontrar en el mismo numerosas viviendas donde abundan los motivos florales y las hiedras. Destaca la casa identificada con el número 2. Esta vivienda cuenta con un patio que se encuentra rodeado de columnas y macetas digno de ver. Además, en la fachada de esta construcción se puede leer la lápida que recuerda la visita que el clásico de las letras estadounidense Washington Irwing hizo al Callejón del agua. El callejón en cuestión, conduce desde el Barrio de Santa Cruz hasta la Plaza de Alfaro, una plaza que puede ser considerada como la puerta de acceso a los famosos jardines de Murillo.

La actual Calle de la Susona era popularmente llamada como la Calle de la Muerte en la antigüedad debido a la presencia de la calavera de la judía Susona. Dos azulejos, uno a cada lado a la altura del número 10, hacen que no olvidemos la leyenda, que no sabemos si fue sólo eso, que cuenta que por amor a un cristiano delató a su padre y a otros cabecillas judíos.

Sí son datos con base histórica, si bien no sabemos con total fiabilidad si el padre de la Susona era integrante de este grupo de ciudadanos judíos de posición acomodada e influyente en la ciudad allá por el año 1481. Estos querían conquistar el poder de Sevilla en contra de los cristianos que dirigían la ciudad, y que estaban hostigándolos y ocasionándoles graves perjuicios, de todo tipo. Diego Susón (Susán) era banquero y cabecilla de la rebelión, pero existían otros nombres a destacar como Pedro Fernández de Venedara, Adolfo de Triana, entre otros muchos.

La Susona mantenía relaciones a escondidas con un caballero cristiano. Estaba profundamente enamorada hasta el punto que, cuando su enteró de que su padre pretendía matar también al caballero, delató ante los cristianos a su propio padre y a todos sus compañeros que planeaban la conspiración. Los cristianos disolvieron todo el grupo que preparaba la revuelta misma y a sus cabecillas, entre ellos Diego Susón, que fueron detenidos y sentenciados a muerte. Habría sido de los primeros reos quemados en el quemadero del Prado.

También se cuenta que la hija de Diego Susón afirmó en su testamento que deseaba que su propia calavera fuera colocada en forma de castigo ejemplarizante en la casa donde había desarrollado toda su vida.


La calle de la Judería quizá sea una de las que mayor encanto alberga de todo el Barrio de Santa Cruz. Su disposición y estructura es, cuanto menos, peculiar. La calle empieza en el Patio de Banderas del antiguo Alcázar de Sevilla, llega a cruzar una de las torres – postigo que se encuentran en la muralla, con un acceso en recodo muy característico y singular- y ya continúa por fuera de la muralla del Alcázar.

Entre los datos más importantes de esta calle sevillana se puede destacar la fuente y la lápida dedicada al escritor español Luis Cernuda, uno de los grandes nombres de las letras españolas. Además, también se conserva el arco y el torreón que, en sus tiempos, formaban parte de la puerta que conseguía comunicar el Alcázar con la judería.



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