miércoles, 3 de febrero de 2016

La cuarta antigua Sinagoga de Sevilla



La cuarta Sinagoga, el Convento de las monjas dominicas:
En Sevilla se levantaron cuatro Sinagogas importantes, hasta donde sabemos en la actualidad, si bien este  número,  según el Arcediano de Écija (nefasto personaje por otro lado) pudo ascender a 23, no estando claro si se refería a las de la ciudad propiamente dicha, o incluía las de los pueblos importantes de la provincia, como las de Écija, Carmona, Osuna... parte de las cuales él mismo se encargó de mandar destruir…

En Sevilla ciudad, a las de Santa Cruz, Santa María la Blanca y San Bartolomé se unió una cuarta que, como las anteriores, terminó convirtiéndose en edificio cristiano. Aunque hasta nuestros días han llegado restos propios de la arquitectura judía, que hacen al actual Convento de las monjas dominicas un lugar de tránsito indispensable de cualquier ruta turística por Sevilla.
La conocida como cuarta sinagoga, no por ello menos importante, llegó a ser comparada con la transcendental sinagoga del Tránsito de Toledo. Fue el tesorero y hombre de confianza de  Pedro I “El Cruel”, Samuel Ha-Leví, el que dio la  orden para que esta sinagoga fuera construida en la capital hispalense, pues había sido él el encargado de levantar la de Toledo.

Como ya se ha señalado, la sinagoga que se podía divisar al final de la calle San José, en pleno corazón de la capital andaluza, pasó a ser propiedad eclesiástica. Así en 1487 se funda en aquellas tierras que habían sido judías, el Convento de Madre de Dios de la Piedad, más conocido como Convento de las dominicas de Sevilla, aunque no fuera ocupado hasta más de cuarenta años después.
La llegada de las hermanas de la orden dominica a plena Judería sevillana no fue casualidad, ya que la sede de este grupo cristiano estaba situada con anterioridad en otro punto de la ciudad, concretamente en las inmediaciones de Puerta de Triana. Un lugar muy propenso a sufrir grandes daños por las inundaciones del Guadalquivir, y que en 1495 fueron irreparables.

De ahí que las religiosas dominicas buscaran una nueva sede, concediéndoles la reina Isabel, ante la súplica de las propias monjas, una manzana que se componía de una sinagoga y de una serie de casas, y que poco después se convertiría en una iglesia cristiana. Pues hay que señalar al respecto, que sólo cuatro años atrás los judíos habían sido expulsados de Sevilla, por lo que este terreno que había pertenecido a una familia judía había sido expropiado y pasado a manos de la corona.

Aunque fue ocupado al final del siglo XV, no sería hasta casi un siglo después, en 1598, cuando se concluyó definitivamente con la construcción y ornamentación del Convento de Madre de Dios de la Piedad. Unas obras que le costaron tiempos de penumbra a la orden dominica. Tanto es así, que las hermanas tuvieron que acudir a Felipe III, quien reinaba en la España de finales del XVI, para poder mantener las propiedades e incluso la propia orden.

A pesar de la reconstrucción y la transformación de la antigua Sinagoga en una institución cristiana, hubo restos que se dejaron intactos, un gesto gracias al cual todavía en la actualidad podemos contemplar huellas de la Sevilla sefardí, si bien muchas veces permanecen ocultas al público en general. Así, la estructura del convento tiene una clara inspiración judía, especialmente por las ventanas en forma de estrella  y por los arcos en forma de herraduras apuntados, a lo que hay que unirle las armaduras mudéjares del artesonado, además de los remates superiores del edificio, de clara inspiración oriental..

Está claro que la judería de la capital hispalense fue no sólo de las más importantes de Sefarad sino también de las más completas, en función del alto número de  sinagogas y casas de estudio, que se encontraban en el barrio judío de la ciudad.  

www.besepharad.net

 

1 comentario:

  1. Hola. Muy interesante, gracias. ¿Me podría indicar la fuente o bibliografía donde se documenta la presencia de una sinagoga aquí? Gracias.

    ResponderEliminar