La cuarta
Sinagoga, el Convento de las monjas dominicas:
En Sevilla
se levantaron cuatro Sinagogas importantes, hasta donde sabemos en la
actualidad, si bien este número, según el Arcediano de Écija (nefasto
personaje por otro lado) pudo ascender a 23, no estando claro si se refería a
las de la ciudad propiamente dicha, o incluía las de los pueblos importantes de
la provincia, como las de Écija, Carmona, Osuna... parte de las cuales él mismo
se encargó de mandar destruir…
En Sevilla
ciudad, a las de Santa Cruz, Santa María la Blanca y San Bartolomé se unió una
cuarta que, como las anteriores, terminó convirtiéndose en edificio cristiano.
Aunque hasta nuestros días han llegado restos propios de la arquitectura judía,
que hacen al actual Convento de las monjas dominicas un lugar de tránsito
indispensable de cualquier ruta turística por Sevilla.
La conocida
como cuarta sinagoga, no por ello menos importante, llegó a ser comparada con
la transcendental sinagoga del Tránsito de Toledo. Fue el tesorero y hombre de
confianza de Pedro I “El Cruel”, Samuel Ha-Leví, el que dio la
orden para que esta sinagoga fuera construida en la capital hispalense,
pues había sido él el encargado de levantar la de Toledo.
Como ya se
ha señalado, la sinagoga que se podía divisar al final de la calle San José, en
pleno corazón de la capital andaluza, pasó a ser propiedad eclesiástica. Así en
1487 se funda en aquellas tierras que habían sido judías, el Convento de Madre
de Dios de la Piedad, más conocido como Convento de las dominicas de Sevilla,
aunque no fuera ocupado hasta más de cuarenta años después.
La llegada
de las hermanas de la orden dominica a plena Judería sevillana no fue
casualidad, ya que la sede de este grupo cristiano estaba situada con
anterioridad en otro punto de la ciudad, concretamente en las inmediaciones de
Puerta de Triana. Un lugar muy propenso a sufrir grandes daños por las
inundaciones del Guadalquivir, y que en 1495 fueron irreparables.
De ahí que
las religiosas dominicas buscaran una nueva sede, concediéndoles la reina
Isabel, ante la súplica de las propias monjas, una manzana que se componía de
una sinagoga y de una serie de casas, y que poco después se convertiría en una
iglesia cristiana. Pues hay que señalar al respecto, que sólo cuatro años atrás
los judíos habían sido expulsados de Sevilla, por lo que este terreno que había
pertenecido a una familia judía había sido expropiado y pasado a manos de la
corona.
Aunque fue ocupado al final del siglo XV, no sería hasta casi un siglo después, en
1598, cuando se concluyó definitivamente con la construcción y ornamentación
del Convento de Madre de Dios de la Piedad. Unas obras que le costaron tiempos
de penumbra a la orden dominica. Tanto es así, que las hermanas tuvieron que
acudir a Felipe III, quien reinaba en la España de finales del XVI, para poder
mantener las propiedades e incluso la propia orden.
A pesar de
la reconstrucción y la transformación de la antigua Sinagoga en una institución
cristiana, hubo restos que se dejaron intactos, un gesto gracias al cual
todavía en la actualidad podemos contemplar huellas de la Sevilla sefardí, si
bien muchas veces permanecen ocultas al público en general. Así, la estructura
del convento tiene una clara inspiración judía, especialmente por las ventanas
en forma de estrella y por los arcos en forma de herraduras apuntados, a
lo que hay que unirle las armaduras mudéjares del artesonado, además
de los remates superiores del edificio, de clara inspiración oriental..
Está claro
que la judería de la capital hispalense fue no sólo de las más importantes de
Sefarad sino también de las más completas, en función del alto número de
sinagogas y casas de estudio, que se encontraban en el barrio judío de la
ciudad.
www.besepharad.net
Hola. Muy interesante, gracias. ¿Me podría indicar la fuente o bibliografía donde se documenta la presencia de una sinagoga aquí? Gracias.
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