Entre los siglos XIII y XV, la navegación experimentó un notable desarrollo por las innovaciones tecnológicas que se produjeron, como el perfeccionamiento de la brújula giroscópica y la redacción de portulanos y cartas náuticas. A mediados del siglo XIV, las cartas náuticas estaban más que presentes en las embarcaciones que navegaban por el mar Mediterráneo. La escuela cartográfica catalana destacó en este campo, ya que su producción, además de abastecer al mercado aragonés, se difundió por las principales ciudades marítimas del Mediterráneo, como Génova, Pisa, Nápoles, Sicilia y Alejandría.
En esa producción cartográfica tuvo mucho que ver una familia de judíos de Mallorca. Auspiciado por los reyes de la Corona de Aragón, Cresques Abraham es el posible autor de la obra cartográfica en lengua catalana más importante de la Edad Media, el Atlas Catalán (1375). Su hijo Jadufa Cresques cogió el testigo de su padre, fallecido en 1387. Ni tan siquiera los pogromos de 1391 truncaron la carrera de Jadufa, quien se asoció con el genovés Franciscus Becha, famoso por la elaboración de cuatro mapamundis para un mercader florentino, y con el barcelonés Gabriel de Vallseca. Sin embargo, cuando la ola antijudía, iniciada en Sevilla unas semanas antes, alcanzó a los habitantes del call [barrio judío] de Mallorca, Jadufa Cresques se vio forzado a abrazar el cristianismo bajo el nombre de Jacme Riba.
En 2007, con motivo de la VIII Jornada de la Cultura Judía,
el Ayuntamiento de Palma, entre otros
colectivos, inauguró una escultura dedicada a Jafuda Cresques, en cuyo pie hay
una inscripción que dice: "Durante el siglo XIV, Cresques Abraham, su hijo Jafuda
Cresques y los hombres de su taller, cartógrafos de renombre universal,
trabajaron en este lugar del Call de la ciudad de Palma".
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